Hemos visto hasta ahora multitud de consejos para vender mi coche pero, ¿como se prueba un coche a la hora de comprarlo? Te preguntarás de que sirven estos consejos que te vamos a dar si no quieres comprar ningún coche, sino venderlo, pero te servirán para saber que pasos podría llevar a cabo el posible comprador y así, tenerlo todo dispuesto. Además, ahora quieres vender, pero algún día querrás comprar, ¿verdad? También SuperTasador es un portal que lo visitan personas en busca de coche, así que esta pequeña guía les vendrá muy bien.
Vamos a dar por hecho que sabéis de sobra que coche se ajusta a vuestras necesidades, que ya os habéis armado de información respectiva a ese tipo de coche y que habéis estudiado el mercado sin ningún tipo de prisa y ya vais a dar uno de los pasos finales en la compra de un coche, probarlo. Esta parte es tan importante o más, que todas las demás, tanto en la venta como en la compra de mi coche. La sensación al volante es la que siempre acaba por cerrar la compra-venta de un vehículo porque no hay nada como ponerse a los mandos y sentir el coche. Por ello es importantísimo probar si o si, el coche que nos interesa. Si el vendedor del coche que nos gusta nos niega la prueba, inmediatamente pasamos al siguiente coche de la lista y ese, le olvidamos. Tomar nota de este último apunte si estamos vendiendo un coche.
Antes de arrancar
La prueba de un coche comienza igual que un viaje de vacaciones, en el momento de abrir la puerta. Ese simple gesto ya nos dice muchas cosas del coche: si ha sido bien cuidado, si el mecanismo de la puerta funciona correctamente, si el coche tiene muchos kilómetros; no tengáis reparos en abrir y cerrar la puerta varias veces si así lo veis necesario. Fijaros en las gomas de sellado de la puerta, en el aspecto del interior antes de entrar e incluso en el olor que desprende el coche al abrir la puerta.
Hay otras muchas cosas que debemos mirar, pero son siempre susceptibles a gustos y costumbres de cada uno, como puede ser la postura al volante, si se va sentado muy bajo o muy alto, como están colocados los pedales o si el volante es regulable por poner algunos ejemplos. Destacar no obstante, que sería interesante revisar todos los mandos, botones, tapas (guantera, apoyabrazos, puertas), desplazamiento del asiento y regulación de su respaldo, estado de todos los elementos que componen el interior y todo aquello que pueda ser necesario reparar. Además, este tipo de cosas tambien son importantes porque el simple tacto del pomo del cambio puede inclinar la balanza hacia la compra de mi coche, o hacia el otro camino, seguir buscando.
En marcha
Esta parte es la que más problemas puede dar. Muchos compra-venta conducirán ellos primero contándote todas sus bondades (tienen que vender, no lo olvides) y luego te dejarán a ti el coche, pero cuando conduces tú, suele ocurrir varias cosas. La primera, que te dirán por donde debes dirigirte, llevándote principalmente a autopista y volviendo al concesionario lo antes posible. También es posible que te dejen conducir a ti desde el primer momento y te dejen elegir además el recorrido o que directamente, aunque ésto suele ser con coches nuevos, te dejen el coche durante unas horas para que tu solo lo pruebes tranquilamente y hagas los recorridos y el uso del mismo que creas conveniente. Aunque repito, ésto suele ser por norma general con coches nuevos y no todos lo hacen.
Es recomendable mínimo, una prueba de unos 20 minutos y poder circular tanto por ciudad como por carretera y así comprobar como se comporta el ambas situaciones, las más comunes en todos los recorridos. Si puedes dirigirte a carreteras con curvas y cuestas, mejor pues ahí es donde se le exigirá más al coche y donde podría salir a relucir algún problema. Debes estar atento al sonido del motor, si vibra, si sube bien de revoluciones, si responde bien a las ordenes con el pedal del acelerador y por supuesto si la potencia, aceleración y recuperaciones son las correctas. Ésto último, se suele hacer en las marcha más largas (4ª, 5ª o 6ª), acelerando desde unos 80 km/h hasta 120 km/h. Siendo un coche de segunda mano y de potencia media (entre 100 y 130 CV), 9 ó 12 segundos es una cifra válida. Si el coche es más potente debería ser más rápido. Por supuesto, son cifras estimadas.
Algo que se debería hacer, independientemente del recorrido, es una frenada a fondo. Busca un lugar sin tráfico y donde no pongas en peligro a nadie y pisa a fondo el pedal del freno. Atento a como se comporta el coche, si el pedal se hunde en exceso, cuanto tarda en frenas el coche, si funciona bien el ABS, etc, etc. Por supuesto, dicha acción debería llegar tras probar los frenos en circulación. La suspensión también es un punto muy, muy importante. Si el coche balancea mucho es posible que requiera sustitución de algún elemento o puede que el coche este diseñado para ser cómodo entre otras posibilidades, no estaría de más conocer el modelo para tener ésto en cuenta. La dirección sería otra de las cosas importante. Comprueba que el coche responde bien, que tienes buen tacto y que no tiene vicios ni sonidos extraños.
Por supuesto, antes de realizar todo ésto debemos advertir al dueño del coche que queremos conducirlo, no pasear con el, así evitaremos que se asuste cuando demos el frenazo a fondo o le damos algún volantazo para comprobar como reacciona y si los sistemas de seguridad electrónicos funcionan bien. Eso sí, no excedas las normas y si las excedes, acarrea con las consecuencias. De nada valdrá que les digas a la policía que estás probando el coche porque quieres comprártelo. Y otra cosa, ten muy en cuenta tus habilidades al volante, quizá te convenga llevar a alguien que sepa del tema.
Una vez concluido, no tengas prisa por cerrar el trato. Tomate tu tiempo para pensar aunque el vendedor te llame por teléfono para presionar un poco, y créenos, lo hará, sobre todo si es un compra-venta.
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